sábado, 1 de mayo de 2010

Hace un buen día


Acababan de sonar las campanas de la Iglesia, las ocho de la mañana. Con un pañuelo colocado en la mesita, se enjugó el sudor que bañaba su frente. Llamaron a la puerta.

-Adelante-dijo mientras se alisaba el cabello-Que no te dé miedo, soy un bohemio.

-Disculpe señor, aquí tiene el periódico. ¿Ha oído las noticias? Por fin los hombres podremos abortar, después de arduos años de lucha. Bueno, le dejo, tengo que matar al conejo.

-Venga burro, ¡no olvides bautizarte!, y vaya usted con Dios.

Acto después, una paloma se posa junto a la ventana, y se oye un disparo.

-La guerra de los sexos no tiene tregua, parece ser que esta vez Esperanza va en serio, mal dolor le den…Y esta puta paloma no deja de cagarme y ponérmelo todo perdido. Voy a tener que llamar a un taxi. Además, aquí huele una peste a choto que acojona, y no es que no me haya parado a pensarlo…

Junto a la cama, es una mesa amplía, había varias chuletas de cordero aún sin duchar. Falacias, que así era como se llamaba el protagonista, cogió un par de ellas, y las envolvió con papel del periódico. Para después arrojarlas con violencia contra la ventana donde segundos antes se había posado la paloma.

-Esto es lo que a mí me importa el mundo, una mierda. No estoy hecho para él. Prefiero comer choto o untar pan. Bien me vendrían un par de putas esta noche… A ver si consigo dinero, todo se reduce a eso.

Se arropó y se volvió a acostar sobre la mesa del choto.

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