sábado, 8 de mayo de 2010

Jimmy

Jimmy era un chico alto, delgado, inteligente, maricón. Como a casi todo el mundo, no le gustaban las guerras, nunca se había alistado en el ejército. Se hallaba cerca de una librería, muy resultona, librería Ramón. Entró. Tras el mostrador se hallaba un hombre cabizbajo, con una oreja más sucia que la otra, y gafas de sol. El chico se dirigió a él, mientras una señora gorda lo miraba atentamente.

-Perdone, ¿le quedan paquetes de chochos?-preguntó Jimmy.

-Por supuesto, están junto a la chimenea, asándose. También tenemos unas vaginas excelentes…cuidado con los cojones… ¡Pero qué digo!, se nos agotaron en Semana Santa. Ya sabe cómo se las gastan los sacerdotes…

-Bueno, de momento me conformo con el paquete, gracias.


En el recinto hacía calor. Pasaban innumerables moscas, elefantes. Él creía verlo. La señora gorda estaba llorando.


-Disculpe de nuevo. Para ser escritor, ¿qué tengo que hacer?-inquirió Jimmy poniendo un acento algo más femenino y sumiso.

-Escribir.


-¿Y Franco? Él era escritor, ¿cierto? Mis padres me dijeron de joven que después de la leche no tomara queso, que Franco nunca lo hizo, y que por eso llegó a ser una persona tan respetable.
Nada le sentaba mal, ni la fachada, ni el paso del tiempo.

-Mira hijo, tus padres eran gilipollas, por eso has salido tú así. ¡Están llamando por teléfono! Lo mejor que puedes hacer es marcharte de este país. Ir a África. Todos tenemos que encontrar nuestro lugar.

Y Jimmy no supo que contestar. La señora gorda se había desmayado.

lunes, 3 de mayo de 2010

El profesor II


-Ayer estuvimos hablando sobre el principio de mínima acción. Como bien decía un moro, "la naturaleza es económica en todas sus acciones". Por ejemplo, si yo quiero subirme a lo alto de un árbol por una emergencia, lo lógico es que lo haga por el tronco, no que vaya a ver a mi prima que vive a la otra orilla del río, tocarle las tetas, y cortarme las uñas de los pies en su baño, para después regresar al árbol y trepar… Hay que tener una cierta coherencia, ¿entendéis? Como ya decía Nietzsche, yo necesito compañeros, pero compañeros vivos, no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.

-Disculpe profesor, pero creo que no tiene nada que ver. Esa frase está fuera de contexto.

-Ummm, Charly, ¡deberías llamar a los bomberos, parece que te está ardiendo la cabeza! Anda, ve un momento a la sala del jefe de estudios y tráeme una llave inglesa, por favor.

-Pero allí no hay llaves inglesas, profesor. No me querrá encerrar como aquella vez ¿verdad?

En ese justo momento, un perro asoma en el aula, con una nota colgada al collar. El profesor se acerca y con cierto esmero se la retira, para leerla en clase.

-“Guau, guau. Soy un perro, pero también sé hablar” Joder, Charly, ¿ves? Es justo como tú. Habla cuando no le preguntan, lame culos a otros perros Dios sabe por qué, y se caga en las aceras sin ningún tipo de remordimiento...

sábado, 1 de mayo de 2010

Hace un buen día


Acababan de sonar las campanas de la Iglesia, las ocho de la mañana. Con un pañuelo colocado en la mesita, se enjugó el sudor que bañaba su frente. Llamaron a la puerta.

-Adelante-dijo mientras se alisaba el cabello-Que no te dé miedo, soy un bohemio.

-Disculpe señor, aquí tiene el periódico. ¿Ha oído las noticias? Por fin los hombres podremos abortar, después de arduos años de lucha. Bueno, le dejo, tengo que matar al conejo.

-Venga burro, ¡no olvides bautizarte!, y vaya usted con Dios.

Acto después, una paloma se posa junto a la ventana, y se oye un disparo.

-La guerra de los sexos no tiene tregua, parece ser que esta vez Esperanza va en serio, mal dolor le den…Y esta puta paloma no deja de cagarme y ponérmelo todo perdido. Voy a tener que llamar a un taxi. Además, aquí huele una peste a choto que acojona, y no es que no me haya parado a pensarlo…

Junto a la cama, es una mesa amplía, había varias chuletas de cordero aún sin duchar. Falacias, que así era como se llamaba el protagonista, cogió un par de ellas, y las envolvió con papel del periódico. Para después arrojarlas con violencia contra la ventana donde segundos antes se había posado la paloma.

-Esto es lo que a mí me importa el mundo, una mierda. No estoy hecho para él. Prefiero comer choto o untar pan. Bien me vendrían un par de putas esta noche… A ver si consigo dinero, todo se reduce a eso.

Se arropó y se volvió a acostar sobre la mesa del choto.

El profesor I

-Mierda (del latín merda) es una expresión generalmente malsonante y polisémica, y usada principalmente en el lenguaje coloquial. En sentido estricto es el resultado del proceso digestivo, y se refiere a los deshechos fecales de un organismo vivo, normalmente expulsados del cuerpo por el ano.

-Profesor, han llamado a la puerta.

-¿Y a mí que me importa Charly? Anda, abre antes de que te pegue un par de hostias.

Por la puerta asoma un hombre, con un bigote largo, muy largo, y con un paraguas que sostiene entre las piernas.

-Disculpe, sólo quería deciros que me he puesto este paraguas entre las piernas para que creáis que tengo un pito muy grande y robusto. Ah, y comunicaros que vuestro director ha fallecido esta madrugada. La virgen santa, que tarde es...mi mujer tiene que tener preparada la cena.

-¡Pero si aún no son ni las nueve de la mañana! ¿Veis chicos?, a esto es a lo que me refería cuando hablaba de mierda...No merece la pena